La Calle de Alcalá es la calle más larga de Madrid con 10,5 Km. de longitud, aunque el tramo que interesa turísticamente es el más cercano a la Puerta del Sol. Su visita puede combinarse con la Gran Vía o la Plaza de Cibeles, ya que comparten monumentos. Un lugar para pasear tanto de día como de noche en cualquier época del año que te llevará al Madrid más señorial.
La Calle de Alcalá
Se trata de una de las calles más antiguas de la ciudad pues se empezó a construir en el siglo XV a partir de la Puerta del Sol y ha ido creciendo según creía la ciudad. La mayoría de sus más importantes edificios se encuentran en la parte inicial de la calle. Entre estos edificios destacan:
La Puerta de Alcalá
Situada en la Plaza de la Independencia, es uno de los monumentos más representativos de Madrid Su construcción fue encargada por Carlos III y es obra de Sabatini y se encuentra junto a una de las puertas de entrada al Parque del Retiro.
La puerta consta de cinco vanos, tres con arco de medio punto y dos laterales con arco adintelado. La fachada exterior (contraria a la Plaza de Cibeles) consta de 10 estatuas de granito, mientras en la interior, las 6 estatuas exteriores se sustituyen por columnas. Los capiteles son de orden jónico. Sobre el vano central, en los áticos de ambas fachadas, figura una inscripción en latín con el lema Rege Carolo III. Anno MDCCLXXVIII ("Siendo rey Carlos III. Año 1778"). Sobre la inscripción exterior figura un escudo de armas sostenido por la Fama y el Genio. A ambos lados, cuatro esculturas de niños.
En la fachada interior, sobre los arcos laterales, figuran las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza.
Cómo llegar