La Colegiata de San Isidro fue la catedral provisional de Madrid desde 1885 hasta la inauguración de la Catedral de la Almudena en 1993.
Fue construida en el siglo XVII y en ella se guardan los restos mortales del patrón de Madrid, San Isidro Labrador y de su esposa Santa María de la Cabeza. Fue levantada de estilo barroco por arquitectos jesuitas y tiene planta de cruz latina con una sola nave, con capillas laterales, crucero y cúpula. Su peor momento fue en 1936 cuando un incendio en la Guerra Civil Española destruyó numerosas obras de artes y hundió la cúpula, por lo que tuvo que restaurarse.
La visita a la Colegiata de San Isidro
La Colegiata se encuentra en una calle muy estrecha, próxima a la Plaza Mayor, por lo que no es posible admirar demasiado su fachada ya que no hay ángulo. Incluso es difícil hacer una foto.
La fachada principal, construí da de granito, tiene un cuerpo central con 4 columnas corintias presidido por las esculturas de San Isidro y Santa María de la Cabeza.
De su exterior también podemos destacar la cúpula, primera cúpula encamonada construida, aunque desde la calle no es posible apreciarla y hay que alejarse de la zona para poder verla.
Una vez dentro de la Catedral de San Isidro, lo que no hay que perderse es el retablo mayor, obra de Sebastián Herrera y las Reliquias de San Isidro que se encuentran en el mismo.